Para conocer el origen y la historia de estos lugares, el primero, el camino que arranca en Las Pellas, pasa por La Cruz y continúa por La Caldera, pagos todos de Firgas, y el segundo en la margen del barranco de Arucas, entre el Lomo de San Pedro y el Lomo Jurgón, prolongación del anterior, hay que remitirse a la crónica de la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas:
«… Ello fue el enorme temporal de lluvias, rayos y truenos que acaeció en la noche del 5 de Enero de 1766 (temporal de Reyes). Este formidable fenómeno ha quedado por siempre grabado con caracteres en la historia isleña por su enorme violencia y por los destrozos que causó. En Arucas fueron destruidas fincas, y arrasadas las acequias. La pequeña población de entonces se congregó en la iglesia parroquial, temiendo ser arrastrada por las aguas, y allí pasó la noche en oración. Las aguas, en su gran erosión de tal noche, abrieron un profundo vallecito en el arranque del Barranco de Arucas, en el Pico de Osorios, trayendo los materiales arrancados a la Vega de esta población. Como en dicho Pico de Osorios cayeron varios rayos, la gente decía, y aún dice, la iletrada que “el Pico se derritió” (¡como si sus materiales hubiesen entrado en fusión!)…».
Grandes daños causaron los materiales del Pico de Osorio o Vergara, que conformaron lo que se conoce como Camino de la Arena y Cuesta de la Arena. En este último lugar, las consecuencias fueron favorables, ya que se aligeró el manantial de las fuentes del Hierro y el Norado, aguas de las que, gracias al altruismo de la familia Gourié, de Alfonso en 1865 y de sus hijos Francisco y Rosario en 1902, se hizo una donación a la entonces villa de Arucas para el abastecimiento de los vecinos, con la construcción de una fuente pública junto a los conocidos hoy como Jardines de Gourie, llamada Fuente del Pilar, ubicada en el muro este de la casa, en la calle Barranquillo.
En la actualidad sigue existiendo un antiguo topónimo «El Rayo» en el Pico de Osorio, que hace alusión a este evento y que es mencionado en documentos del s. XVIII, concretamente en el testamento de 9 de febrero de 1782 de Lorenzo Lugo Viña, canónigo, que dice tener 5 fanegas de una «suerte de tierra labradía en el Rayo, junto al cortijo de Osorio».
Mapa Topográfico de la zona, año 1962:
Base Cartográfica de Grafcan del año 1962.
Fuente: Origen y Noticias de Lugares de Gran Canaria, de Humberto Manuel Pérez Hidalgo.